UC - Críticas
| Países: Francia, Alemania y Bélgica. |
Interpretación: Mathieu Amalric (Nasser-Ali), Edouard Baer (Azrael), Maria de Medeiros (Faringuisse), Golshifteh Farahani (Irane), Eric Caravaca (Abdi), Chiara Mastroianni (Lili adulta), Isabella Rossellini (Parvine), Enna Balland (Lili), Mathis Bour (Cyrus), Didier Flamand (maestro de música), Jamel Debbouze (Houshang / El mendigo). |
EL GRAN AMOR
"Pollo con Ciruelas" es el esperado nuevo trabajo del tándem Satrapi-Paronnaud después de su celebrada cinta de animación "Persépolis". En esta ocasión, en su primera obra de ficción no abandonan por completo la estética y el lenguaje de la animación e incluso se permiten el lujo de incluir una escena en este formato. Los directores cuidan al detalle el aspecto visual del film, pero fracasan en la narrativa y el ritmo, dando lugar a un film bello, pero decepcionante.
SINOPSIS: Teherán, 1958. Desde que se rompió su amado violín, Nasser Ali Khan, uno de los músicos más famosos de su época, ya no tiene ganas de vivir. Al no encontrar un instrumento digno de sustituirlo, decide meterse en la cama y aguardar la muerte. Durante la larga espera, se sume en ensoñaciones melancólicas y alegres que le llevan a su juventud, a hablar con Azrael, el Ángel de la Muerte, y que le revelan el futuro de sus hijos… A medida que encajan las piezas del rompecabezas, empezamos a descubrir el gran secreto de su vida: una maravillosa historia de amor que alimentó su genio y su música.
"Pollo con Ciruelas" es fascinante visualmente y contiene gran cantidad de soluciones imaginativas que atraparán al espectador por la retina. Sin embargo, nunca consigue desprenderse de una sensación de híbrido entre "Amélie" y "Delicatessen", sin el imaginario creativo de aquéllas. Por otro lado, más allá de sus virtudes plásticas, la película carece de la emoción necesaria para trasladar esa gran historia de amor que se nos cuenta y llegarnos al corazón.
El guión se desestructura para ocultar sus carencias y en la búsqueda desesperada de la originalidad se acaba encontrando el sopor. Si a eso le sumamos un personaje central poco empático e interpretado con una expresividad excesiva por un sobreactuado Mathieu Amalric, nos encontramos que sobre el lienzo se vierten imágenes de gran belleza que no consiguen traspasar la pantalla ni transmitir las emociones que en ella se encierran con una narración de ritmo ausente y aburrida. Una lástima que sus autores no hayan sabido vertir toda su creatividad en todos los aspectos del film, porque talento tienen.
TRAILER
